La mayoría de la gente no lee, porque no han creado el hábito de lectura a temprana edad. Se ha calculado una cifra de cerca de 30 millones de personas solo en el Continente Americano, entre las personas adultas que no tiene amor por la lectura, es decir que al menos 4 de cada 5 personas son iletrados funcionales. De manera también le han robado a los niños el simple y placentero deleite humano de la lectura de un cuento o historieta infantil, con lo cual, a su vez fomentan en ellos el hábito por la lectura.
La lectura enriquece nuestro vocabulario y desarrolla destrezas especiales en nuestro intelecto. Con la lectura también tenemos abertura a un mundo de informaciones y conocimientos nuevos, que nos servirán para ponerlos en práctica a lo largo de los años, en nuestro diario vivir.
Por ejemplo cuando aprendemos un idioma, también tenemos la posibilidad de aprender una cultura nueva, que viene a desarrollar del aprendizaje nuestro cultural, incluso podemos transportarnos a través de este conocimiento por medio de la lectura de esta nueva lengua a los lugares que de ensueños, que nos parecerá estar en vivo, en estos lugares descritos en los textos. Si dedicamos al menos 15 minutos cada día a la lectura de un libro o cualquier otro tipo de material de lectura, estaremos alimentando nuestro hábito por la lectura y aumentando nuestro acervo cultural.
Una persona que lee es una persona informada.
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